Fútbol
venezolano ¿Gradas escenario de violencia?
“Su efecto se
parece a veces al del barro en un ventilador, que salpica a todo el mundo”.
Ignacio Ramonet
La violencia en el fútbol, es un tema que ha
sido de gran importancia en el pasado y que sigue siéndolo en la actualidad, y
en efecto esta violencia se genera entre los fanáticos de equipos rivales, pero
también entre fanáticos del mismo equipo. A medida que crece la pasión por el fútbol en
Venezuela, se incrementa la violencia en las gradas. Ahora bien, ¿Cuáles son
los factores que inciden a que los
fanáticos del fútbol nacional e internacional sean violentos? Para comprender
este fenómeno social, se hace necesaria una investigación que revise la
historia de la violencia en el mundo futbolístico, y el como esta se ha ido
infiltrando en el fútbol de nuestro país.
Según Bakker (1992)
“La tradición de animar a los deportistas en competencia surgió de manera
accidental durante una competencia de lucha grecorromana y de ahí se extendió a
diferentes deportes al observar que el deportista así estimulado se desempeñaba
mejor y rendía más”. Cierto o no el origen de esta tradición, la verdad es que
existe la necesidad de animar al deportista, para que este se motive. Esta
forma de demostrar el apoyo, en muchas ocasiones pasa a ser irracional. Esto se
debe de cierta manera a la influencia simultánea ejercida sobre el individuo
por un gran número de personas a las que les unen ciertos lazos, pero que fuera
de esto, pueden serle ajenas desde otros puntos de vista.
De
allí que el individuo consiga nuevas actitudes, en las cuales influyan las emociones
que emerjan desde que es incentivado e incluido a alguna de estas masas de
personas que tienen en común la pasión por el fútbol.
Sigmund Freud sobre este comportamiento
explica lo siguiente;
“La psicología colectiva considera
al individuo como miembro de una tribu, de un pueblo, de una casa, de una clase
social o de una institución, o como elemento de una multitud humana, que en un
momento dado y con un determinado fin, se organiza en una masa o colectividad.”
(1921, p. 3).
Durante
el mundial de Inglaterra de 1966 surge un grupo de aficionados simpatizantes
del equipo Inglés. Estos son los temidos hooligans, algunas de sus principales
características son: cabezas rapadas y torsos desnudos, además de cánticos
injuriosos al equipo contrario y lanzarles objetos a la cancha.
Este
grupo cobra mayor notoriedad a partir del enfrentamiento entre el Liverpool y
el Juventus en la final de la copa de campeones celebrada en 1985 en el estadio
Heysel en Bruselas, Bélgica; el saldo es de 39 muertos y al menos 200 heridos.
Su aparición es constante en los juegos de la liga inglesa, la violencia es su
firma.
A los seguidores del fútbol se les puede calificar como fanáticos,
hinchas, espectadores o “barras bravas”. Este último término es utilizado para
denominar a los grupos más violentos que apoyan a un club de fútbol. Más allá
de la violencia, por la cual se caracteriza a este grupo, se le diferencia de
los demás asistentes a los estadios por su entrega y amor hacia el equipo, por
su espectáculo y “cánticos”, y por su lealtad hacía los colores de su equipo.
El fenómeno de barras
bravas es un gran problema para las autoridades de ciertos países de nuestro
continente. En Colombia, Chile y Argentina es donde se ven a estos grupos en
los estadios impartiendo su ley sin que las autoridades los detengan. La razón por la cual las
autoridades no actúan es por lo económico, que va desde la reventa de entradas
hasta la venta de drogas.
En
Argentina, país donde el fútbol se lleva en la sangre, las barras bravas son
algo común y la violencia dentro de los estadios de la nación sureña son peor aún.
Nuestro país no está exento del
fenómeno de las “Barras Bravas”, a medida que el fútbol nacional ha llamado la
atención de las personas, los estadios se han poblado más y la violencia entre
barras ha estado peor. Según cifras de la Federación Venezolana de Fútbol
(FVF), en el torneo apertura de 2010 se presentó un gran crecimiento en
asistencia. En las 18 fechas en que duró el torneo nacional, más de 500
mil fanáticos asistieron a los
diferentes estadios. Este crecimiento lamentablemente también se vio en la
violencia.
Donde se vio más ese incremento fue en
Caracas, donde reside el Caracas FC y otros equipos, pero de menor apoyo por
parte de los capitalinos. Aunque no solo es la barra del Caracas FC la que es
llamada barra brava por sus innumerables hechos de violencia. La Avalancha Sur,
barra del Deportivo Táchira es otra que no se escapa de este virus. En el 2001,
en la final de la Copa Venezuela contra el Caracas FC, hinchas aurinegros
quemaron el autobús del club capitalino dentro del estadio Pueblo Nuevo,
ocasionando graves daños a las instalaciones del templo del fútbol venezolano.
Después de este hecho tan lamentable, la federación junto a la Gobernación del
Táchira prohibieron la venta de alcohol dentro y fuera de las instalaciones del
estadio, siendo este el único estadio en el país donde no se ingieren bebidas
alcohólicas.
Otras
barras conocidas por su violencia en los estadios del país son: La Burra Brava,
la barra del Zamora, que a mediados del 2008 corrieron de su estadio (La
Carolina) a hinchas del Deportivo Táchira con armas de fuego, dejando a varios
heridos leves.
La Sin Vergüenza, barra del Unión Atlético
Maracaibo, que durante su existencia en primera división destruían las
instalaciones de cada estadio que visitaban alrededor de nuestro país, teniendo
innumerables enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Los
Gradadictos, barra del Carabobo FC, una barra que de apoco se ha dado a conocer
por sus actos vandálicos que ocasionan, no solo en su casa (El Misael Delgado)
sino cuando va de visitante a otra cancha. Lo que le ha traído como
consecuencia de ser perseguido por otras barras del país.
Como se puede observar, son diversas las barras
bravas existentes en Venezuela, que alientan y se enfrentan a otras barras,
para defender los colores de su equipo. Ahora bien ¿Por qué se generan estos actos que sobrepasan la pasión y el amor
por el fútbol?
Entre todos los fanáticos del fútbol, y de cualquier
deporte, existen esas emociones que lo hacen convertirse en un ser irracional,
emociones que surgen por la pasión, el amor e identificación que sienta la
persona con su equipo o su país. Se suelen asociar las
emociones con nuestro más primitivo antepasado, el cual era un ser más
irracional o más animal, en palabras de Donald Hebb (1949) "el hombre es el más emocional de todos
los animales".
Evolución del hombre (antepasado animal)
En mi opinión como un fanático más del fútbol,
es cierto que la violencia surge de nuestros más primitivos instintos, y que
por más que queramos ocultar esa vieja “cultura animal”, vive con nosotros. Con
ello no quiero afirmar de que somos seres que nacimos para ser violentos, sino
que el comprender y tomar en cuenta la conducta de nuestros antepasados, nos
ayudará a explicarnos el por qué el espectáculo del fútbol se ve empañado por
la violencia.
El doctor Jorge Garzarelli,
psicólogo argentino egresado de la Universidad El Salvador, en su columna “Psicología
del Deporte” asocia a los integrantes de las barras bravas de su país al
fanatismo. “El fanático está movido principalmente por sus aspectos
sentimentales, afectivos y emocionales, motivo por el cuál en la mayoría de las
veces, discutir sobre foot-ball con estas personas resulta hartamente
dificultoso”.
Aunque no es solo
el simple fanatismo o nuestra vieja “Cultura animal” lo que hace que nuestro
fútbol se vea teñido por una conducta violenta, puesto que durante el
desarrollo del individuo, se van reforzando dichas conductas, en palabras de Arturo
Allende “La agresión consiste en una serie de conductas que son aprendidas
mediante la observación de un modelo al cual le refuerzan esta clase de
conductas”.
Nuestra crianza siempre se ha basado en un modelo
que trata de hacernos superiores a los demás, tenemos que ser “Arrechos”,
prepotentes y contundentes, para que nadie pueda ser más que nosotros. Estas son características propias de cualquier
fanático de fútbol, un hincha de la barra brava del Caracas Fc. expresa lo
siguiente “El que no es arrecho, no
gana”. Así se maneja todo en este país, siempre se trata de pisar al otro.
Durante los últimos años
los temas de convivencia y seguridad ciudadana en Venezuela, comenzaron a ser
vistos por los ciudadanos como importantes problemas que deben ser
solucionados. Según Gustavo Ferrari (2010) “Desde una perspectiva sociológica
la violencia en los espectáculos deportivos, y en el fútbol en particular, es
un espejo de la situación existente en la sociedad”.
En fin, la deteriorada
situación social en Venezuela, es el principal factor que abre las puertas,
para que se de la violencia en el fútbol nacional. Para mí es inevitable que
estos actos ocurran, cuando un país, esta consumido por la inseguridad y la
división. La violencia en el fútbol no es un problema que se debe solo a la
pasión, en la grave situación que se encuentra
nuestro balompié se refleja la anarquía, corrupción, conflictividad y
grado de desvaloración de la convivencia existente en nuestra nación.
Fuentes
Freud, S. (1921).
Psicología de las masas y análisis del yo [Libro en línea]. Consultado el 20 de
junio de 2012 en: http://www.elortiba.org/
Sánchez, Ángel (2011) "El virus de las barras bravas". Universidad Santa María: Caracas, Venezuela.
Autor: Moisés Molina
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