domingo, 8 de junio de 2014

Violencia en el fútbol venezolano



Fútbol venezolano ¿Gradas escenario de violencia?

“Su efecto se parece a veces al del barro en un ventilador, que salpica a todo el mundo”.
Ignacio Ramonet

La violencia en el fútbol, es un tema que ha sido de gran importancia en el pasado y que sigue siéndolo en la actualidad, y en efecto esta violencia se genera entre los fanáticos de equipos rivales, pero también entre fanáticos del mismo equipo.  A medida que crece la pasión por el fútbol en Venezuela, se incrementa la violencia en las gradas. Ahora bien, ¿Cuáles son los factores que inciden  a que los fanáticos del fútbol nacional e internacional sean violentos? Para comprender este fenómeno social, se hace necesaria una investigación que revise la historia de la violencia en el mundo futbolístico, y el como esta se ha ido infiltrando en el fútbol de nuestro país.

Según Bakker (1992) “La tradición de animar a los deportistas en competencia surgió de manera accidental durante una competencia de lucha grecorromana y de ahí se extendió a diferentes deportes al observar que el deportista así estimulado se desempeñaba mejor y rendía más”. Cierto o no el origen de esta tradición, la verdad es que existe la necesidad de animar al deportista, para que este se motive. Esta forma de demostrar el apoyo, en muchas ocasiones pasa a ser irracional. Esto se debe de cierta manera a la influencia simultánea ejercida sobre el individuo por un gran número de personas a las que les unen ciertos lazos, pero que fuera de esto, pueden serle ajenas desde otros puntos de vista.

De allí que el individuo consiga nuevas actitudes, en las cuales influyan las emociones que emerjan desde que es incentivado e incluido a alguna de estas masas de personas que tienen en común la pasión por el fútbol.  

Sigmund Freud sobre este comportamiento explica lo siguiente;

“La psicología colectiva considera al individuo como miembro de una tribu, de un pueblo, de una casa, de una clase social o de una institución, o como elemento de una multitud humana, que en un momento dado y con un determinado fin, se organiza en una masa o colectividad.” (1921, p. 3).

Durante el mundial de Inglaterra de 1966 surge un grupo de aficionados simpatizantes del equipo Inglés. Estos son los temidos hooligans, algunas de sus principales características son: cabezas rapadas y torsos desnudos, además de cánticos injuriosos al equipo contrario y lanzarles objetos a la cancha.

Este grupo cobra mayor notoriedad a partir del enfrentamiento entre el Liverpool y el Juventus en la final de la copa de campeones celebrada en 1985 en el estadio Heysel en Bruselas, Bélgica; el saldo es de 39 muertos y al menos 200 heridos. Su aparición es constante en los juegos de la liga inglesa, la violencia es su firma. 
         
A los seguidores del fútbol se les puede calificar como fanáticos, hinchas, espectadores o “barras bravas”. Este último término es utilizado para denominar a los grupos más violentos que apoyan a un club de fútbol. Más allá de la violencia, por la cual se caracteriza a este grupo, se le diferencia de los demás asistentes a los estadios por su entrega y amor hacia el equipo, por su espectáculo y “cánticos”, y por su lealtad hacía los colores de su equipo.

 El fenómeno de barras bravas es un gran problema para las autoridades de ciertos países de nuestro continente. En Colombia, Chile y Argentina es donde se ven a estos grupos en los estadios impartiendo su ley sin que las autoridades los detengan. La razón por la cual las autoridades no actúan es por lo económico, que va desde la reventa de entradas hasta la venta de drogas.

  En Argentina, país donde el fútbol se lleva en la sangre, las barras bravas son algo común y la violencia dentro de los estadios de la nación sureña son peor aún.

Nuestro país no está exento del fenómeno de las “Barras Bravas”, a medida que el fútbol nacional ha llamado la atención de las personas, los estadios se han poblado más y la violencia entre barras ha estado peor. Según cifras de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), en el torneo apertura de 2010 se presentó un gran crecimiento en asistencia. En las 18 fechas en que duró el torneo nacional, más de 500 mil  fanáticos asistieron a los diferentes estadios. Este crecimiento lamentablemente también se vio en la violencia.

 Donde se vio más ese incremento fue en Caracas, donde reside el Caracas FC y otros equipos, pero de menor apoyo por parte de los capitalinos. Aunque no solo es la barra del Caracas FC la que es llamada barra brava por sus innumerables hechos de violencia. La Avalancha Sur, barra del Deportivo Táchira es otra que no se escapa de este virus. En el 2001, en la final de la Copa Venezuela contra el Caracas FC, hinchas aurinegros quemaron el autobús del club capitalino dentro del estadio Pueblo Nuevo, ocasionando graves daños a las instalaciones del templo del fútbol venezolano. Después de este hecho tan lamentable, la federación junto a la Gobernación del Táchira prohibieron la venta de alcohol dentro y fuera de las instalaciones del estadio, siendo este el único estadio en el país donde no se ingieren bebidas alcohólicas.

 Otras barras conocidas por su violencia en los estadios del país son: La Burra Brava, la barra del Zamora, que a mediados del 2008 corrieron de su estadio (La Carolina) a hinchas del Deportivo Táchira con armas de fuego, dejando a varios heridos leves.    

La Sin Vergüenza, barra del Unión Atlético Maracaibo, que durante su existencia en primera división destruían las instalaciones de cada estadio que visitaban alrededor de nuestro país, teniendo innumerables enfrentamientos con las fuerzas del orden.

 Los Gradadictos, barra del Carabobo FC, una barra que de apoco se ha dado a conocer por sus actos vandálicos que ocasionan, no solo en su casa (El Misael Delgado) sino cuando va de visitante a otra cancha. Lo que le ha traído como consecuencia de ser perseguido por otras barras del país.   

Como se puede observar, son diversas las barras bravas existentes en Venezuela, que alientan y se enfrentan a otras barras, para defender los colores de su equipo. Ahora bien ¿Por qué se generan  estos actos que sobrepasan la pasión y el amor por el fútbol?

Entre todos los fanáticos del fútbol, y de cualquier deporte, existen esas emociones que lo hacen convertirse en un ser irracional, emociones que surgen por la pasión, el amor e identificación que sienta la persona con su equipo o su país. Se suelen asociar las emociones con nuestro más primitivo antepasado, el cual era un ser más irracional o más animal, en palabras de Donald Hebb (1949)  "el hombre es el más emocional de todos los animales".


Evolución del hombre (antepasado animal)

En mi opinión como un fanático más del fútbol, es cierto que la violencia surge de nuestros más primitivos instintos, y que por más que queramos ocultar esa vieja “cultura animal”, vive con nosotros. Con ello no quiero afirmar de que somos seres que nacimos para ser violentos, sino que el comprender y tomar en cuenta la conducta de nuestros antepasados, nos ayudará a explicarnos el por qué el espectáculo del fútbol se ve empañado por la violencia.

El doctor Jorge Garzarelli, psicólogo argentino egresado de la Universidad El Salvador, en su columna “Psicología del Deporte” asocia a los integrantes de las barras bravas de su país al fanatismo. “El fanático está movido principalmente por sus aspectos sentimentales, afectivos y emocionales, motivo por el cuál en la mayoría de las veces, discutir sobre foot-ball con estas personas resulta hartamente dificultoso”.

Aunque no es solo el simple fanatismo o nuestra vieja “Cultura animal” lo que hace que nuestro fútbol se vea teñido por una conducta violenta, puesto que durante el desarrollo del individuo, se van reforzando dichas conductas, en palabras de Arturo Allende “La agresión consiste en una serie de conductas que son aprendidas mediante la observación de un modelo al cual le refuerzan esta clase de conductas”.

Nuestra crianza siempre se ha basado en un modelo que trata de hacernos superiores a los demás, tenemos que ser “Arrechos”, prepotentes y contundentes, para que nadie pueda ser más que nosotros. Estas  son características propias de cualquier fanático de fútbol, un hincha de la barra brava del Caracas Fc. expresa lo siguiente  “El que no es arrecho, no gana”. Así se maneja todo en este país, siempre se trata de pisar al otro.

Durante los últimos años los temas de convivencia y seguridad ciudadana en Venezuela, comenzaron a ser vistos por los ciudadanos como importantes problemas que deben ser solucionados. Según Gustavo Ferrari (2010) “Desde una perspectiva sociológica la violencia en los espectáculos deportivos, y en el fútbol en particular, es un espejo de la situación existente en la sociedad”.

En fin, la deteriorada situación social en Venezuela, es el principal factor que abre las puertas, para que se de la violencia en el fútbol nacional. Para mí es inevitable que estos actos ocurran, cuando un país, esta consumido por la inseguridad y la división. La violencia en el fútbol no es un problema que se debe solo a la pasión, en la grave situación que se encuentra  nuestro balompié se refleja la anarquía, corrupción, conflictividad y grado de desvaloración de la convivencia existente en nuestra nación. 

 Fuentes

Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo [Libro en línea]. Consultado el 20 de junio de 2012 en: http://www.elortiba.org/
Sánchez, Ángel (2011) "El virus de las barras bravas". Universidad Santa María: Caracas, Venezuela.  

Autor: Moisés Molina 


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